¡Campeones! El FC Barcelona conquistó su segunda Euroliga tras arrollar al Olympiacos (86-68) en la gran final, saldando cuentas pendientes con París, con el conjunto griego y con su propia historia. Navarro, primer MVP catalán en una final .
Lo logró. El Barça derrotó con contundencia y espectáculo al Olympiakos, en lo que supone su segundo título de Euroliga. La Historia ya los recoge como campeones, pero la belleza plasmada en su juego son, todavía, algo más.
París, 8 May. 2010.- La segunda, la deuda saldada con París y todo eso. Pero no hay mejor que ganar y dejar en la victoria poso de tendencia. De que este título podría ser recordado años más tarde como el de la supremacía de un equipo que disponía un baloncesto atractivo, que plasmaba una superioridad fundamentada en el talento y en un grado de espectáculo físico que, deterministamente, Europa hasta podía necesitar. La reivindicación de las diferentes formas hacia la victoria, pero el atractivo de la que más y mejor ofrece al público. No era una final contra otro estilo. No era el Olympiacos la némesis a la que derrumbar para instaurar un concepto, una idea.
Uno no emociona si el otro no le deja, que reza el dicho. Era más una batalla temporal, para que el recuerdo de una época fuese en bello. Especialmente la primera mitad del encuentro es para eso, la búsqueda de una final que marque un año especial en la historia de las Final Four.Y para que no hubiera estigmas (o uno menos) en la carrera de Juan Carlos Navarro. Ya ha ganado una Euroliga siendo el primera espada del equipo. Siendo el máximo anotador. Respondiendo en el primer tiempo a los intentos griegos.La segunda mitad, con un punto más de aspereza, deja el gobierno de Europa en manos de los de Xavi Pascual. Pero no permite hacer historia del presente. Y qué: un título con mayúsculas.
Tod empezaba al máximo, con los dos últimos MVPs frente a frente: Teodosic hacía daño a Navarro (en el otro aro, dos de los mejores bases, y jóvenes, de Europa, cara a cara: Ricky vs. Teodosic); triples de Kleiza y Mickeal, espectacular freno a una penetración imparable de Childress que acaba en falta de Ndong. Ingredientes, todos los del mundo, y, para empezar, muchos de ellos sobre la mesa. El Barça se adelantaba 7-6 con un pase de Navarro a Ndong, que se ampliaba con una triangulación empezada por el de Sant Feliu y terminada por Fran Vázquez. El escolta, pese a fallar los dos primeros tiros, se desquitaba con un triple que suponía verle enchufado prácticamente desde el mismo inicio. Su velocidad y genialidad aupaban a su equipo al 14-10, aunque no menos genial se mostraba Teodosic, que con 7 puntos y 2 asistencias iniciaba un espectacular duelo (que el mismo paró con su disolución).Las finales acostumbran a ser terrenos cerrados, intransitables y repletos de lodo, pero el FC Barcelona se estaba exprimiendo en esta sin reservas, sin modificar su búsqueda de la eficiencia espectacular que ha sido su marca a lo largo el año. Primero, 2+1 de Mickeal, luego tapón de Fran a Boroussis, el gallego le fuerza una falta tras un buen movimiento de pies, tapona a Kleiza y carrera para que Mickeal anotara dos más. La locura: 24-13 y la belleza.En la segunda unidad se mantiene el tipo y hasta la belleza, que acostumbra a no regirse por los mismos patrones. Es primero Sada el que rompe a Papaloukas y después Basile para asistir al mate de Morris. El Olympiacos conducía a otra velocidad, la suficiente como para terminar el periodo 28-19. Al retomar, Basile reivindicaba con su enorme carrera con un triple y Bouroussis mostraba que es mejor jugador que lo mostrado este año, con otro triple. La afición azulgrana lo estaba viviendo con la falta de temor que desprende una renta con brillo, pero enloquecía cuando la comitiva con los Piqué, Bojan, Busquets, Xavi y Puyol corría hacia sus asientos para ver a sus compañeros.La opción más obrera del Barça había respondido a extraordinario nivel, mas la salida del mágico trío Ricky-Navarro-Lorbek debía acabar de alzar al equipo. La del 35-26 era una diferencia constante, con aportaciones varias y un ataque de Papaloukas con mate de carácter, de los que incendian. Pero no era esta ni hoy la fuerza barcelonista que se amedrentaba. Así lo hacían ver el triple de aquí estoy yo Navarro y el ¡cuarto! tapón de Vázquez.
Theo Papaloukas sabe perfectamente cuándo debe protestar, un arte como cualquier otro, y sabe cómo hacer que su afición se vuelque. Gestos, aspavientos y una nueva canasta del mejor Papaloukas. Pero el estado de gracia blaugrana parecía estar por encima de todos los elementos. Los primeros puntos de Lorbek precedían a un robo bajo canasta de Ricky para poner la diferencia en 13. Papaloukas ya había tomado el mando de las operaciones desde la subida de balón y marcando jugada desde el ala. El duelo de futuribles MVP estaba servido. Esa carrera en la que ningún jugador dice pensar pero cuyas cuentas todo aficionado tiene en mente. Navarro no se podía descolgar de ella, en la que era su mejor oportunidad para cerrar. El cierre del “Navarro no ha ganado ninguna Euroliga siendo el líder blaugrana”: triple (undécimo punto) y +14.Aunque la segunda pérdida del Barça en toda la mitad (enorme) permitía a Bouroussis poner el 47-36 del descanso, la sensación no dejaba de ser de brutalidad. Que las respuestas no hacían sino existir, que las estrellas tenían la conciencia de las grandes citas, que los porcentajes eran de los del equipo que lleva hacia la victoria, pero que su dominio no permitía más que 11 de ventaja ante un Olympiacos con varios de sus referentes inactivos (Kleiza, Schortsianitis o Childress).
El cambio de dominancia latente al inicio del tercer cuarto se marcaba con una canasta de Schortsianitis y cuando éste salvaba un balón desde el suelo, la afición griega se hacía más dominante que nunca, Navarro erraba el triple en el primer intento de respuesta y varias decisiones arbitrales enfurecían al sector culé. La diferencia estaba ya en 7, situación mucho menos cómoda. Las manos y los cuerpos endurecían los contactos en la defensa griega, dificultando acciones cercanas al aro y movimientos para generar juego. Sorteando ese panorama, Navarro anota su cuarto triple, que automáticamente repite Childress, aunque con una mecánica algo más heterodoxa.Lejos del autoconvencimiento y la brillantez del primer periodo, como si el Barça se viese afectado por atacar frente a la ruidosa hinchada helena, recibía los tapones que antes ponía, perdía balones con mayor frecuencia y debía refugiarse en segundas opciones. Ahora era el Olympiakos el que marcaba la pauta y el conjunto catalán el que, pese a todo, soportaba: 54-47.Víctor Sada acumulaba minutos en la dirección y, cuando el ataque azulgrana se perdía en sus rutas ofensivas, aparecía con un triple desesperado y lejano al final de la posesión, y lideraba una rápida transición en la que asiste a Ndong. El 60-47 era más de trabajo y un punto de suerte que no de la superioridad de la primera mitad. Tan válido como cualquier otro, no desprendía ese control autoritario, esa magia decretada. Una genialidad es, aunque no tan mágica, la canasta que se saca de la chistera Navarro a final de posesión, con un punto de recurso último. Podía ser suficiente la renta de 14 puntos del término del cuarto (64-50), pero la pérdida de la facilidad anotadora ya no desprendía la misma seguridad. Por mucho que el control del rebote defensivo y la defensa no concedieran excesivas oportunidades al Olympiakos.
Con Navarro en el banquillo, Ricky aumentaba la diferencia con un contraataque tras robo suyo. Los minutos de desacierto escasez de visión anotadora sólo podían favorecer al Barça. No dejaban de ser tres minutos más con clara ventaja. O tres minutos menos para recortar la diferencia. El enorme tapón de Morris a Sofo y la posterior canasta de Mickeal son maravillosas reminiscencias al primer tiempo. El abismo se instaura en 16 y en la incapacidad del conjunto de Giannakis para ver aro. Triple de Terence Morris: son 19, faltan más de cinco minutos y la fiesta acaba de empezar.Olympiacos había de recortar distancias, pero el silencio de los suyos era significativo. Tímidos amagos que se iban apagando, mientras Childress y Kleiza veían aro espontáneamente, pero sin suponer un recorte sustancial que generase el peligro suficiente como para que el Barça desfalleciese en su convicción de que era el nuevo campeón de Europa. La afición lo tenía ya muy claro.Hasta en 11 llegó a dejarlo el Olympiacos. A partir de ahí vino la rúbrica. Una falta a Navarro acababa con técnica a Kleiza, que se iba al banquillo después de haber sido uno de los que había dado la cara por su equipo. Navarro anota 4 tiros libres. La grada corea “MVP, MVP” no exenta de razón. Trias y Lakovic saltan a cancha para vivir el momento, Basile deja otro triple para la historia. Ya todo se sucede: 3 puntos más para Lorbek. El Regal Barça es el nuevo campeón de Europa. Merecido. La Historia ahora lo escribe. Pero de lo que supone este título del Barça todavía debe decirlo el tiempo.
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8 comentarios:
Que bien escribes cuando quieres, cualquiera diria que has dejado de utilizar las "k", o es que acaso has copiao-pegao una cronica. Porque eso tambien lo hace mono follador.
Por si no ha quedado claro, esta entrada no me gusta.
Mi enhorabuena a los culés y a Nawarro en particular que él si me cae bien.
Obviamente está copiapegado de acebé punto com, pero no he puesto la fuente porque he quitado los "Regal" y he corregido los "Olympiakos".
Es que en un blog de basket es lógico hablar de la final de la Copa de Europa (se llama así, ¿no?) máxime si la gana un equipo catalán sin astros portugueses.
También es lógico hablar de The Bad Touch, pero eso es otro tema.
hasta la polla estoy de referencias futboleras en un blog de baloncesto (astro portugués). Creo que eso sobra.
Estás muy ekivokado, pekeño zervatillo anónimo, ese komentario es salao y grazioso y aporta txispa y alegría a este blog de fúrbol de kanastos y de monos kopulando.
A mi me importa un pepino esta discusión. Yo lo que quiero es que no me lleguen los comentarios a mi correo.
Hablando de pepinos, ké pepinazo metió el otro día el Cristaño Romualdo, y ké pepino debe gastar, la envidia de Rocco, hoygan.
Obrigado por suyo observação, Paris se enfado porque mi rola no cabia en la suya chucha.
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